«Por vocación, tradición familiar y oferta laboral»
Esto es lo que expresa la noticia del Diario de Burgos del pasado 23 de septiembre que puedes consultar en el siguiente enlace:
Cualquiera que conozca de verdad un pueblo, sabe dónde se encuentran los verdaderos valores que desde siglos ha estado exportando hacia el resto del mundo. Estos valores tienen que ver más con los conceptos representados por las elegidas palabras que se han empleado en la noticia anterior, que por lo que todos reconocemos como vicios, cuando se es más «cigarra que hormiga».
- Vocación en lugar de abulia.
- Tradición en lugar de «despaisado».
- Familia en lugar de individualidad.
- Oferta laboral en lugar de ocio.
Lo que es más meritorio de nuestros jóvenes es que, a pesar de que intuyen cierta falta de apoyo por la inmediata sociedad que les rodea: «Creo que el campo, en cierto modo, está un poco mal visto y no despierta interés», han decidido apostar por los valores con los que han sido educados y en los que creen.
TRITIUM AUTRIGONUM considera que es fundamental retener el valor de aquellos jóvenes que pueden ver en nuestro entorno inmediato su forma de vida, su construcción de un proyecto de vida…
¿O TÚ NO LO VES ASÍ?
ES UN MILAGRO QUE LAS ESTANTERÍAS ESTÉN TODOS LOS DÍAS LLENAS.
Saber producir alimentos es fundamental y habría que respetar y potenciar entre nosotros la estancia de aquellas personas que «se la juegan» para hacerlo, día a día. Pero una sociedad no se enriquece si no surgen a su alrededor otros creadores de bienes y de servicios y, por lo que se observa, en nuestro pueblo no falta ni juventud, ni valores en la misma.
El Ayuntamiento posee diversos locales pero, por ejemplo, no se informa sobre la disposición de la sala de ordenadores y su conexión a la red. Es una de tantas «penas» en las que nos tiene inmerso el poder municipal, puesto que vemos como en otros Ayuntamientos SÍ que se fomenta el uso de este tipo de salas para el teletrabajo, puedes consultarlo en la siguiente noticia del Diario de Burgos de 05 de noviembre de 2023:
Pero nuestro Ayuntamiento también dispone de un parque de viviendas, que podrían haberse empleado para atraer población joven de forma sostenible, apoyando la creación de puestos de trabajo. Sin embargo, nos acabamos de enterar que para el poder municipal es más importante construir una barra más, a costa de eliminar una vivienda.
Desde TRITIUM AUTRIGONUM no se puede aplaudir como positiva la acción política para atraer población que lleva realizando desde hace dos décadas el poder municipal. Los hechos lo demuestran…
Lo cual no es óbice para mandar un mensaje positivo, más cuando son nuestros propios jóvenes los que manifiestan que… «VEN EL FUTURO CON ESPERANZA«.
¿ESTÁS DISPUESTO A IMPLICARTE?
¡OJO, QUE TENDRÁS QUE DAR LA CARA…!
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«Se ha declamado mucho contra el positivismo de las ciudades, plaga que entre las galas y el esplendor de la cultura, corroe los cimientos morales de la sociedad; pero hay una plaga más terrible, y es el positivismo de las aldeas, que petrifica millones de seres, matando en ellos toda ambición noble y encerrándoles en el círculo de una existencia mecánica, brutal y tenebrosa. Hay en nuestras sociedades enemigos muy espantosos, a saber: la especulación, el agio, la metalización del hombre culto, el negocio; pero sobre éstos descuella un monstruo que a la callada destroza más que ninguno: es la codicia del aldeano. Para el aldeano codicioso no hay ley moral, ni religión, ni nociones claras del bien; todo esto se resuelve en su alma con supersticiones y cálculos groseros, formando un todo inexplicable. Bajo el hipócrita candor, se esconde una aritmética parda que supera en agudeza y perspicacia a cuanto idearon los matemáticos más expertos. Un aldeano que toma el gusto a los ochavos y sueña con trocarlos en plata para convertir después la plata en oro, es la bestia más innoble que puede imaginarse; porque tiene todas las malicias y sutilezas del hombre y una sequedad de sentimientos que espanta. Su alma se va condensando, hasta no ser más que un graduador de cantidades. La ignorancia, la rusticidad, la miseria en el vivir completan esta abominable pieza, quitándole todos los medios de disimular su descarnado interior. Contando por los dedos, es capaz de reducir a números todo el orden moral, la conciencia y el alma toda».
BENITO PÉREZ GALDÓS, 1878.